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Gastronomía

Materia prima
Pescados y mariscos de las costas luarquesas
Carnes de los valles y montañas del concejo
Frutas y legumbres de la tierra

La cocina
Tradición y modernidad

Tradición

La gastronomía de Luarca, como no podía ser de otra forma es indisoluble -a pesar de algunas peculiaridades- de la historia y evolución de la Cocina Asturiana Tradicional basada en el respeto por unos productos excepcionales, la sabia gestión de los productos de temporada (cada uno en su momento óptimo del año) y la amorosa dedicación de cocineras y cocineros, profesionales y particulares, durante muchos años. En este aspecto el repertorio de la cocina asturiana, y su reflejo luarqués, es amplio y excepcional. Una extensa bibliografía se encarga de documentarlo, entre la cual Luarca ha conseguido incorporar alguna receta con nombre propio: Sopa de Pixín Luarquesa (Cocina Asturiana, J. Antonio Fidalgo - Everest) o Congrio al estilo de Luarca (Guía de la Cocina Asturiana, M. Alperi - Silverio Cañada).

Fuertemente arraigados a esa tradición alcanzaron también renombrada fama las Calderetas de Pescados y Mariscos, El Potaje de Berzas, La Fabada asturiana, El Rollo de Bonito al Estilo Tradicional, los Calamares de Potera en su tinta, las inigualables Empanadas de Angulas, de caballa, de solomillo; tradición ésta tan arraigada, que en las panaderías locales aceptaban el relleno casero, identificando las distintas empanadas con iniciales hechas con la pasta.

Modernidad

Con los mimbres de esa tradición culinaria, con grandes dosis de trabajo y algo de imaginación, la cocina luarquesa de hoy en día no ha permanecido ajena a las últimas tendencias profesionales que han logrado colocar a la Cocina Española entre las más avanzadas del mundo. Reformas en los establecimientos, formación de los equipos de trabajo, nuevas formas de gestionar los productos y unas enormes ganas de agradar a nuestros visitantes, han conseguido que la gastronomía de Luarca sea, tal vez, el apartado turístico que más huella deja en los turistas que vienen a conocernos.

Presentaciones audaces, Jornadas Gastronómico-Científicas sobre los Cefalópodos, Certamen Micológico, Concursos anuales de Tapas y Pinchos con creaciones que podrían competir en cualquier foro, Innovación en las presentaciones de las típicas tapitas de Carnaval, como el singular “Potaje del Mar” por poner un ejemplo, han conseguido situar a la cocina que Luarca ofrece a sus visitantes en un lugar de privilegio en el marco de la pujante e innovadora Cocina Asturiana.

La tierra

Resultaría imposible tratar de definir la cocina de Luarca y no hacer referencia al enorme privilegio que supone su situación: La Rasa Costera del occidente asturiano. Ese lugar paradisíaco donde la montaña y el mar se funden en una verde alfombra de prados florecientes en los que brotan las setas, las fabas, las verduras, las patatas, el maíz, las setas. Donde pastan plácidamente, a la vista del viajero, las vacas asturianas que nos darán esos quesos y esas carnes “Alimentos del Paraíso” con Denominación de Origen. Donde, en algunos casos la ternera en libertad y la lubina salvaje enganchada al anzuelo del pescador, podrían mirarse a los ojos. Berzas para el pote, verdinas para guisar con mariscos, maíz para alimentar al Pitu de Caleya. Huevos de casa, que con patatas también caseras consiguen que un chorizo de la matanza pasado por la sartén se convierta en un manjar de dioses. Callos por Santa Catalina, elaborados con despiece de animales que han sido criados en la propia casa. Una tierra fresca y rica enfurecida al socaire del viento del norte del Cantábrico, al que mira de frente, seleccionando para nuestros visitantes lo mejor que producen nuestros campos, y a quién parece repetir en cada susurro aquellos versos de Alfonso Camín: “…Y seremos como el roble, con el viento en guerra…”.

El mar

Como en toda la costa asturiana, antes del amanecer, la flota pesquera de Luarca se va haciendo a la mar. Como coordinados por un orden natural los pescadores luarqueses enfilan la bocana del puerto y se adentran en la noche armados con redes y anzuelos, con el objetivo de traernos “a tierra” los mejores frutos del Mar Cantábrico.

A primera hora de la tarde exponen sus “pescados del día” en “La Rula” para su venta. Allí podremos ver los mejores ejemplares de cada especie, aún vivos, según la temporada: merluza, lubina, lenguado, rodaballo, salmonete, sargo, rubiel, dorada, bonito del norte, cabracho, faneca, perlón, rape, breca… entre los pescados. Nécora, bogavante, langosta, percebe, oricio, santiaguín, buey de mar… entre los mariscos.

Las costas de Luarca han favorecido la selección de la mejor calidad de estos mariscos y pescados, por sus especiales características. Y no es de extrañar que, con este punto de partida, Luarca sumara a su vocación de hospitalidad y turismo, una incomparable “Cocina del Mar”. En una gran variedad de establecimientos luarqueses se pueden degustar la práctica totalidad de las recetas de pescados y mariscos que configuran El Gran Libro de la Cocina Asturiana.

Conclusión

Con una tradición gastronómica que se pierde en la noche de los tiempos. Con un grupo de personas cuya vocación es poner todo de su parte para que nuestros visitantes se lleven un buen recuerdo de nosotros. Con una rasa costera que es uno de los territorios más ricos y hermosos de la geografía asturiana… y con un mar embravecido y altamente oxigenado que produce pescados y mariscos de la máxima calidad… la conclusión es que de las inolvidables vivencias que el viajero, después de visitarnos, se llevará en su mochila, la gastronómica será una de las más importantes.

Un aperitivo bullicioso e informal en cualquier esquina de Luarca, un vino español en una buena barra de pinchos, una fresca comida rápida tras un día con playa o caminata campestre, unas cañitas tapeando de bar en bar, un “menú del día” de buena cocina asturiana a un precio insuperable, una comida completa en compañía de la familia, unas sidras al aire libre en la terracita de un rincón peculiar, un Gin-Tonic “bien servido” al atardecer viendo mecerse en el agua las lanchas del puerto, una cena romántica en un formidable restaurante destacado en todas las Guías de Calidad… Todo eso podrá hacer en Luarca.

Incluso podrá ir a la lonja y presenciar la venta de los pescados que luego cenará en el restaurante. Podrá irse… pero se irá calculando cuando podrá regresar, porque Luarca… y su gastronomía se le quedarán prendidos del alma…Ya lo dice desde hace décadas nuestra canción: “Ven a Luarca que es Villa Preciosa… enclavada a la orilla del mar...”.
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